jueves, 3 de abril de 2008

ENTECO

Enfermizo, débil, flaco

Todos los burladores pasaron, entre risas, sin dejar huella ninguna de sus almas: éste, en cambio, que vive amorosa y gentilmente en el recuerdo de todos, no tuvo más que un cuerpo flaco y enteco, capaz, eso sí, por la irradiación de su espíritu y por la heroicidad virtuosa de sus obras, de sobreponerse a esas otras grandezas

(Puntos sutiles del Quijote: Emilio Gaspar Rodríguez.)


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