Zapatilla sin talón, de suela ligera, que generalmente se calza dentro de casa
El Emperador quedó tan complacido que dijo que regalaría su chinela de oro al ruiseñor para que se la colgase al cuello. Mas el pájaro le dio las gracias, diciéndole que ya se consideraba suficientemente recompensado.
El Ruiseñor-Hans Christian Andersen
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