Me acuerdo de épocas en que tenía apenas un ratito para pasar por mi casa y almorzar volando; nada cumplía mejor que una polenta. Incluso a la noche me gusta porque es algo que cae bien y es muy cariñoso con el estómago.
La polenta, una bendición... Margarita Pereyra
1 comentario:
Bello texto pero faltó la descripción eh. Saludos.
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