Relámpago
Nuestra preciosa voz de hoy, sustantivo procedente del latín focile, "de fuego", es un término equivalente a relámpago, pero con una carga evocadora muy especial, tal y como nos comenta nuestro custodio Daniel C. Bilbao en este texto que nos envía a propósito de nuestra palabra del día:
*******
La edad de las palabras
Las palabras tienen una edad y registran el tiempo en que son habladas. Después, "se cansan, como los hombres o los caballos", dijo Julio Cortazar hace más de treinta años durante una conferencia en Madrid. El cansancio les deviene de la persistencia en nombrar cosas que ya no son porque cambiaron o desaparecieron. Ejemplo: "democracia", cuyo significado es "gobierno del pueblo". Un caballo cansado.
Como también somos lo que hablamos, hay una íntima relación entre ciertas palabras y nuestra propia vida. ¿Adónde van las palabras que pierden su capacidad de nombrar el objeto? ¿Qué parte nuestra se llevan? Es muy común el rescate de ciertos términos que nos remiten a una época en que eran de uso habitual en nuestra casa, o con nuestros amigos. Tampoco sabemos cómo llegan a nosotros, pero son apropiadas por el habla de la gente, algunas se deshechan y otras perduran mucho tiempo.
Quienes hemos pasado los sesenta años, y particularmente los que hemos vivido en la provincia de Buenos Aires, tenemos muy presente la palabra "refucilo", usada para designar al relámpago. "Refucilo" es un término muy evocador, que nos lleva inmediatamente a la niñez y la adolescencia. Tiene una particularidad que me parece notable. La primera vez que aparece en un diccionario de la Real Academia Española es en 1970, lo cual quiere decir que su uso más intenso ha sido en las dos décadas precedentes, particularmente la del '60. Esto significa que es una palabra muy propia de nuestra generación. Tanto, que sustituyó a "relámpago", que ya estaba en el diccionario en 1737, definida como "Especie de meteoro ígneo, de llama mui pronta, que se enciende con la colisión de las nubes".
A pesar de que la característica que más resalta del fenómeno meteorológico es la extraordinaria luminosidad, las dos palabras citadas son relacionadas más con la velocidad que con la luz. Un caballo muy veloz era "un refucilo". Así de rápido se fue nuestro criollo término. No sabemos quién fue el primero en nombrar el deslumbramiento eléctrico como "refucilo", y se nos hará difícil saber cómo y por qué perdimos esa palabra. No habitaba las grandes ciudades, ni radios o canales de televisión, quizá por eso se diluyó en el tiempo, a pesar de que el diccionario de la Real Academia Española señala que la palabra "refucilo" es propia sólo de Argentina y Ecuador.
******
Gracias, Daniel, siempre apreciamos de forma especial estas aportaciones en La Llave del Mundo, ya sabéis que podéis enviarnos vuestras palabras y/o textos a llave.mundo@gmail.com. Animaos a participar.
*******
La edad de las palabras
Las palabras tienen una edad y registran el tiempo en que son habladas. Después, "se cansan, como los hombres o los caballos", dijo Julio Cortazar hace más de treinta años durante una conferencia en Madrid. El cansancio les deviene de la persistencia en nombrar cosas que ya no son porque cambiaron o desaparecieron. Ejemplo: "democracia", cuyo significado es "gobierno del pueblo". Un caballo cansado.
Como también somos lo que hablamos, hay una íntima relación entre ciertas palabras y nuestra propia vida. ¿Adónde van las palabras que pierden su capacidad de nombrar el objeto? ¿Qué parte nuestra se llevan? Es muy común el rescate de ciertos términos que nos remiten a una época en que eran de uso habitual en nuestra casa, o con nuestros amigos. Tampoco sabemos cómo llegan a nosotros, pero son apropiadas por el habla de la gente, algunas se deshechan y otras perduran mucho tiempo.
Quienes hemos pasado los sesenta años, y particularmente los que hemos vivido en la provincia de Buenos Aires, tenemos muy presente la palabra "refucilo", usada para designar al relámpago. "Refucilo" es un término muy evocador, que nos lleva inmediatamente a la niñez y la adolescencia. Tiene una particularidad que me parece notable. La primera vez que aparece en un diccionario de la Real Academia Española es en 1970, lo cual quiere decir que su uso más intenso ha sido en las dos décadas precedentes, particularmente la del '60. Esto significa que es una palabra muy propia de nuestra generación. Tanto, que sustituyó a "relámpago", que ya estaba en el diccionario en 1737, definida como "Especie de meteoro ígneo, de llama mui pronta, que se enciende con la colisión de las nubes".
A pesar de que la característica que más resalta del fenómeno meteorológico es la extraordinaria luminosidad, las dos palabras citadas son relacionadas más con la velocidad que con la luz. Un caballo muy veloz era "un refucilo". Así de rápido se fue nuestro criollo término. No sabemos quién fue el primero en nombrar el deslumbramiento eléctrico como "refucilo", y se nos hará difícil saber cómo y por qué perdimos esa palabra. No habitaba las grandes ciudades, ni radios o canales de televisión, quizá por eso se diluyó en el tiempo, a pesar de que el diccionario de la Real Academia Española señala que la palabra "refucilo" es propia sólo de Argentina y Ecuador.
******
Gracias, Daniel, siempre apreciamos de forma especial estas aportaciones en La Llave del Mundo, ya sabéis que podéis enviarnos vuestras palabras y/o textos a llave.mundo@gmail.com. Animaos a participar.
11 comentarios:
preciosa estampa.
saludos
Muy cierto lo de las palabras.
Una entrada espectacular, una palabra perdida, abandonada en la cuneta y un reflexión bellísima que nos lleva a pensar cuánto de nosotros se queda en las palabras cuando se agotan.
Feliz domingo
¡Hermoso texto! tan nostálgico, también y tan buena la reflexión sobre el cansancio de las palabras
Hola, es la primera vez que "oigo o leo" esta palabra para designar relampago, soy de México y nunco he sabido de su uso en mi pais, pero me ha gustado la forma en que el autor nos ha llevado a leer hasta el final todo el teexto, felicidades, y espero continuar visitando este blog
Anrasta badb
Buen texto, gracias Daniel.
Es verdad, es una palabra en desuso en Buenos Aires, pero no tanto en el interior de la Argentina. Cuando yo era chico era común oir "cayó un refucilo" o "está refucilando".
Quizás alguna herencia o costumbrismo de la inmigración italiana.
Gratos recuerdos.
Raúl Di Matteo
Lomas de Zamora
Es una palabra que me retrotrae inmediatamente a mi niñez en el campo, en el interior de la provincia de Buenos Aires. Tanto que durante años creí que era algún lunfardo propio del hombre de campo. Hoy vivo en una ciudad, también en el interior, cuya industria está principalmente vinculada a la actividad agropecuaria, y de vez en cuando escucho en alguna confitería o restaurante "Uhh empezó a refucilar ", y no puedo evitar sonreírme
No sólo significa relámpago, sino también destello, fulgor. Término de antaño -y habitualmente usado en el campo- , desde hace más de 150 años atrás.
Refucilando es una palabra escrita en el libro Don Quijote de la Mancha de modo que no puede comprender que se diga que es exclusiva de Argentina y Ecuador.Aquí el significado sería producir refucilos y nótese en que año fue escrito esta obra magna de la literatura.
En la novela de Augusto Roa Bastos ( Yo el Supremo) aparece en la página 202 edición Catedra 2010; dice: Llueve dentro de mí. Goterones de plomo fundido. Me vuelvo en la penumbra rajada por refucilos.
El termino es utilizado en 1860's por el supremo... lo que hace que el dato de 1970 de Daniel C. Bilbao sea un equivoco. El termino tiene uso común en américalatina pero no es privativo de Argentiva o Ecuador. Esta cita es del paraguay. Y en Colombia también la he escuchado.
Publicar un comentario