Espantable, horrendo, que hace temblar.
El tenebroso adjetivo que hoy nos acompaña procede del latín tremebundus y se emplea para calificar lo aterrador, atroz, diabólico, horrible, horripilante, horrísono, hórrido y temible... aquello q-q-q-q-que nos hace temblar de solo imaginarlo... ;-)
Escribe así el poeta cubano Emilio Bobadilla en ¡No haya paz!:
"En los hogares tristes, sin hermanos, sin padres,
en los hogares tristes que mutiló la guerra,
donde lloran las viudas, donde lloran las madres,
¿qué paz va a celebrarse? ¿Es que hay paz en la tierra?
En los campos sin árboles, en los campos desiertos,
que agostó la metralla, que afligió la sevicia,
campos ayer fecundos, hoy montones de muertos,
¿qué paz va a celebrarse que ampare la justicia?
¡Que siga la matanza, sigan los desvaríos
y siga el espectáculo de enconos tremebundo
y que todo se anegue en purpurinos ríos...!
¿Qué más da el campo rojo, qué más da el campo verde?
¡Que la lucha se extinga cuando cansado el mundo,
no haya ni quién se queje, ni haya quién recuerde...!"
Y terminamos con un fragmento de Ultra, del poeta español Federico Balart:
"¡Espíritu!... ¡Materia!... ¡Unión oscura
que en vano el sabio deslindar procura!
¿A qué esa dualidad mal definida
con que el hombre duplica su miseria?
Para explicar la vida,
el espíritu, basta, o la materia.
¿Pero cuál? -Cuando enfoca vuestro lente,
oh sabios, el anverso y el reverso
de la cuestión, ¿qué queda al fin patente?
¿Es mi mente porción del universo,
o el universo engendro de mi mente?
¡Problema tremebundo,
que a todo pensador arruga el ceño!
Yo, cuando en duda tal el juicio empreño,
aquí, de la conciencia en lo profundo,
mejor concibo el mundo como un sueño,
que el alma como un átomo del mundo!"
¡Hasta el próximo artículo cogitabundo desde La Llave del Mundo! ;-)
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