Hombre flojo, sin energía.
Del árabe hispánico ḥaṭráq: "charlatán", baldragas es el sustantivo ideal para definir a un hombre que carece de energía, dado a la abulia, y de carácter apocado, alicaído, flojo y débil...
El término es empleado a menudo como insulto, y ya en el siglo XIX encontramos una referencia de la mano de José María de Pereda y Sánchez Porrúa (1833-1906, novelista español), que utiliza la voz en su relato "Blasones y talegas" del que os traemos este fragmento:
“…Entonces reparó Antón en el solariego; púsose encendido como un tomate maduro y, apartándose a un lado, saludó respetuosamente a don Robustiano; pero éste, sin dejar de mirarle ni de hacerle el molinete, continuó marchando inalterable y silencio hacia su casa. Al entrar en ella, y antes de cerrar la portalada, exclamó con acento melodramático: -¡Sol de mi estirpe!, ¿habrá osado mirarte frente a frente ese baldragas?...”
¡Hasta la próxima sorpresa!
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5 comentarios:
hay mucho baldragas político.......
flojo, flojo, flojo!!!
interesante palabra, anotada en mi jerga.
un abrazo
me encanta la rana.
Recuerdo a mi profesor de lengua, en primaria, (Paco) habernos dicho; "no seais nunca un cantamañanas, o un baldragas del tres al cuarto... id a por todas" Lo recuerdo BIEN.
Una palabra peculiar
jorgemaseda.blogspot.com
Esta palabra la usaba mi madre para referirse a alguien perezoso, gandul. Yo aún la utilizo, pero no se la he vuelto a oir decir a nadie.
Un palabra que mi padre usaba mucho pero con connotación cariñosa, normalmente se lo llamaba los nietos pequeños.
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