1. Remolino que forman las aguas al chocar con un obstáculo.
2. En la playa, reflujo del agua del mar.
3. Zona de la playa donde ocurre el reflujo.
4. Escalón que el reflujo forma en la arena y cerca de la orilla.
Rebalaje proviene del verbo "resbalar", y si lo pensamos fríamente, eso es precisamente lo que hacen las olas cuando llegan a la playa: se desplazan sobre la arena sin dejar de rozarla, resbalando, y formando el reflujo o rebalaje, que depende de los vientos predominantes...
Arturo Pérez-Reverte Gutiérrez (1951) escritor y periodista español, y miembro de la Real Academia Española de la lengua desde 2003, es el autor de la novela La Reina del sur, de la cual citamos un fragmento que alude a nuestra palabra del día:
“…Nunca habían corrido de ese modo por dentro del rebalaje, tan cerca de la orilla y en tan poca agua, y a trechos el foco del helicóptero dejaba ver las ondulaciones, las piedras y las alguitas del fondo. Apenas hay para la hélice, calculó. Vamos arando la playa. De pronto se sintió ridículamente vulnerable allí, empapada de agua, cegada por la luz, estremecida por los pantocazos. No mames con la ley y con lo otro, se dijo. Están echándose un pulso, nomás. Le cae al que se raje. A ver quién aguanta más pulque, y yo en medio. Qué triste pendejada morirse por esto…”
2. En la playa, reflujo del agua del mar.
3. Zona de la playa donde ocurre el reflujo.
4. Escalón que el reflujo forma en la arena y cerca de la orilla.
Rebalaje proviene del verbo "resbalar", y si lo pensamos fríamente, eso es precisamente lo que hacen las olas cuando llegan a la playa: se desplazan sobre la arena sin dejar de rozarla, resbalando, y formando el reflujo o rebalaje, que depende de los vientos predominantes...
Arturo Pérez-Reverte Gutiérrez (1951) escritor y periodista español, y miembro de la Real Academia Española de la lengua desde 2003, es el autor de la novela La Reina del sur, de la cual citamos un fragmento que alude a nuestra palabra del día:
“…Nunca habían corrido de ese modo por dentro del rebalaje, tan cerca de la orilla y en tan poca agua, y a trechos el foco del helicóptero dejaba ver las ondulaciones, las piedras y las alguitas del fondo. Apenas hay para la hélice, calculó. Vamos arando la playa. De pronto se sintió ridículamente vulnerable allí, empapada de agua, cegada por la luz, estremecida por los pantocazos. No mames con la ley y con lo otro, se dijo. Están echándose un pulso, nomás. Le cae al que se raje. A ver quién aguanta más pulque, y yo en medio. Qué triste pendejada morirse por esto…”
¡Hasta la próxima ola! ;-)
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3 comentarios:
Me ha encantado. Además me encanta Reverte.
Por aquí abajo en sitios de mar se usa mucho como nombre de bar o restaurante.
Me gusta tu espacio, las palabras raras y de García Márquez en una de sus obras: "ESTANTIGUA".
Un abrazo y te felicito
Luis Carlos
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