domingo, 26 de febrero de 2012

INFIBULACIÓN

Sugerida por... Blackmount
Acción y efecto de infibular.

La infibulación, queridos amigos, no es sino la acción y el efecto de infibular... hasta ahí todo perfecto, pero... ¿qué significa el susodicho verbo?...

...Consultamos prestos el diccionario y averiguamos en su definición que es la acción de “colocar un anillo u otro obstáculo en los órganos genitales para impedir el coito”. El verbo proviene de fíbula, y este a su vez del latín fibŭla: una especie de hebilla o broche para sujetar las prendas de vestir...

La infibulación, de hecho, es una antigua práctica que consistía en la introducción de un ancho anillo alrededor del prepucio en el varón o entre los labios de la vulva en la mujer para impedir la relación sexual... Un método un tanto extremo acorde con algunas otras prácticas de antaño -en otro orden de cosas- no menos bárbaras, intensas e interesantes como la ordalía o la hervencia...

Para contextualizar el término os dejamos un párrafo de Errores, lapsus y gazapos de la Historia, obra de Gregorio Doval, escritor español (1957).

“…En el siglo XIX todavía había doctores que aconsejaban que los adolescentes portaran cinturones de castidad para evitar la masturbación y anillos con clavos interiores para impedir la erección. La infibulación es una operación practicada por determinadas etnias en niños de ambos sexos, consistente en colocar un anillo u otro obstáculo en los órganos genitales para impedir el coito. Pues bien, en 1786 un ciudadano alemán de nombre S. G. Vogel inventó otro sistema de infibulación, en este caso para impedir la masturbación, que consistía en encerrar las manos del sujeto en dos cajas portátiles…”

¡Hasta la próxima palabra espinosa en este blog de palabras con gaseosa! ;-)
.

3 comentarios:

Tamara dijo...

¿Sería algo así como poner un método anticonceptivo, pero dentro de los órganos genitales? Es decir, como el anillo que se ponen las mujeres.

No conocía la palabra, es interesante. Un besazo.

ecos de ubeda dijo...

gusta

LLdM dijo...

Raquel, nos deja una interesante reflexión.

***

,,,y el que logre desinfibularlos, gran desinfibulador será...

Tanto lío con anillos, clavos y cajas portátiles. ¿No era más sencillo romperles la cabeza con un palo?

Cuánto miedo al sexo, eh? Siempre me ha asombrado esa pérfida herencia.

Raquel

¡Abajo los que infibulan!

***

Publicar un comentario