lunes, 2 de julio de 2012

REDROJO

Sugerida por... José Luis
1. Cada uno de los racimos pequeños que van dejando atrás los vendimiadores.
2. Fruto o flor tardía, o que echan por segunda vez las plantas y que por ser fuera de tiempo no suele llegar a sazón.
3. Muchacho que medra poco.

Queridos amigos, la palabra que hoy nos ocupa deriva de la voz redro -atrás- y precisamente en su primera acepción hace referencia a los racimos pequeños que quedan atrás después de vendimiar...

En su segunda acepción, constatamos cómo también recibe este nombre el fruto o la flor tardía que no llega a desarrollarse por completo... Y ligada a esta, en modo coloquial, encontramos la tercera acepción para referirse a un muchacho canijo, enclenque, enteco, desmedrado, o escuchimizado... Veamos un ejemplo extraído de la obra El Tungsteno, de Cesar Vallejo (1892 - 1938, escritor peruano):

"...Laura en el fondo odiaba a su patrón y amante; cuarentón, colorado, medio legañoso, redrojo, grosero, sucio y tan avaro como su hermano José..."

Os dejamos con un fragmento de Poesías humanas, de Juan de Salinas:

...Soy un humilde redrojo,
Albérchigo de abolengo,
Que de lejas tierras vengo
Á cumpliros un antojo.
Alguno me dio de ojo
En mi niña edad florida,
Y aunque no soy Pan de vida,..
En más de un santo convento,
A los fieles por sustento
Se dá mi carne en comida...

¡Hasta el próximo sonrojo! ;-)
.

PD: Atrévete a poner tu léxico en acción y anímate a participar en La vuelta al mundo en 80 palabras, el capítulo de esta semana se titula... Proemio sin premio :(

1 comentario:

Oliver Castro dijo...

Hay otro Vallejo, colombiano, más cáustico que la soda y usa metafóricamente la palabrucha:
"Iba el otro día por la calle con un amigo inconsciente, intrascendente, y nos tropezamos en la banqueta (que es como aquí se llama a la acera) con una familia de inditos estorbando el paso: el indio, la india y tres o cuatro o cinco redrojos, tendiendo hacia nosotros sus manos limosneras. Yo les lancé una mirada de odio; mi amigo el atolondrado sacó y le dio una moneda, tras de lo cual lo tuve que amonestar así:

-Jamás vuelvas a hacer lo que hiciste porque le das dinero al indio y come; come y agarrra fuerzas; agarra fuerzas y se le para; se le para y se lo mete a la india; se lo mete a la india y la preña; la preña y le nace un hijo. El hijo nace, crece, se tropieza contigo en una esquina, te ve rico y él pobre, y saca un cuchillo y te mata. Jamás les des dinero a estos asquerosos; si acaso chocolatinas envenenadas".

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