1. Perteneciente o relativo al ciprés.
2. De madera de ciprés.
Nuestra palabra del día, del latín cupressĭnus, es un adjetivo muy poco común que se emplea fundamentalmente en lenguaje poético para calificar aquello perteneciente o relativo al ciprés, o bien colores y/o texturas que evocan la madera de este. Veamos un par de ejemplos de aplicación:
El primero extraído de El bar, obra de Rubén M. Campos (1876-1945, poeta mexicano):
...Su irisado penacho desbarata
el surtidor que canta una sonata,
y brillan en el lago reflejados
los cisnes con sus cuellos enarcados
como proras de góndolas de plata.
¡La Peste está en Florencia! Y la palabra
que pronuncia el más rubio de los pajes
cunde en angustia atónita y macabra;
que ya la muerte asoma en los follajes
sus ojos hueros y sus pies de cabra...
¡Y ríe la faunesa descarnada!
mientras gimen las dulces mandolinas
y en el estanque surgen las ondinas
y el sol con su candente llamarada
empurpura las frondas cupresinas...
Y este segundo perteneciente a la colección Declaración de poesía, escrita por Daniel Marugan:
...Es trecho arduo y amargo de recorrer
cuando nos dispersamos sin sentirlas,
ignorando que junto a las preguntas
transitan muchas de las respuestas
de ahí que se naufrague al no verlas
por un abúlico y cupresino padecer.
Afirman que es un hombre
tan participado de amor
que se lo habría desvelado
a cualquier sugerente mujer,
pero se refleja en aquélla
que sea la más apta para leer
las verdaderas y justas letras
del abecedario del corazón...
cuando nos dispersamos sin sentirlas,
ignorando que junto a las preguntas
transitan muchas de las respuestas
de ahí que se naufrague al no verlas
por un abúlico y cupresino padecer.
Afirman que es un hombre
tan participado de amor
que se lo habría desvelado
a cualquier sugerente mujer,
pero se refleja en aquélla
que sea la más apta para leer
las verdaderas y justas letras
del abecedario del corazón...
¡Hasta la próxima palabra saltarina... más madera cupresina! ;-)
.