Sugerida por...Ylagares
Thailandia 1. Composición lírica en que se lamenta la muerte de una persona o cualquier otro acontecimiento infortunado.
2.Entre los griegos y latinos, composición en dísticos elegíacos, formados por hexámetros y pentámetros, de múltiples temas.
Del latín elegīa, y éste del griego ἐλεγεία.
La elegía nace en Grecia, y más que por su contenido o temática -que podía expresar los más diversos motivos y/o sentimientos-, en sus orígenes se caracterizaba por poseer una métrica muy estricta y particular que regulaba su uso...
...De hecho, originalmente la palabra ἐλεγεία designaba al llamado "pentámetro": un verso de cinco pies que con el hexámetro épico formaba una breve estrofa conocida como "dístico elegíaco"...
...En cualquier caso, en la literatura más moderna, la elegía adopta una temática claramente enfocada a encumbrar los sentimientos de pérdida y desconsuelo: su fundamento radica en lamentar aquello preciado que se pierde, bien sea un ser querido, la vida, el tiempo…
Nuestro genial custodio Ylagares nos brinda las claves para seguirle la pista a esta composición lírica en nuestro inmenso acervo literario:
Así, la
elegía no aparece en la literatura española hasta el siglo XV, con
Jorge Manrique (1440-1479) y sus "
Coplas por la muerte de su padre", que constituyen un extraordinario poema elegíaco, obra capital de la literatura española y, sin duda, el mejor poema lírico de la poesía medieval castellana.
Sextilla XXVI
Amigo de sus amigos,
¡qué señor para criados
y parientes!
¡Qué enemigo de enemigos!
¡Qué maestro de esforzados
y valientes!
¡Qué seso para discretos!
¡Qué gracia para donosos!
¡Qué razón!
¡Cuán benigno a los sujetos!
¡A los bravos y dañosos,
qué león!
El propio
Ylagares hace también referencia a la
Elegía de
Miguel Hernández (1910-1942) - epígono de la generación del 27-, dedicada a su entrañable amigo y maestro:
Ramón Sijé, que termina con estos impactantes versos:
…Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.
A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.
¡Hasta el próximo lamento!