1. Perteneciente o relativo al solar de antigüedad y nobleza.
2. Dicho de un fundo: Que pertenece con pleno derecho a su dueño.
3. Antiguo y noble.
4. En la Edad Media, se decía del hombre o colono que vivía en tierra del rey, de la Iglesia o de un hidalgo, sometido al poder personal de su señor.
La hacienda solariega era una clase de señorío, propio de la Edad Media, otorgado por los monarcas a los nobles y clérigos como pago por sus servicios. El señor solariego cobraba por el tránsito por sus tierras asignadas, por el uso del molino, etc... ejerciendo como un funcionario al servicio del Rey para cobro de impuestos y administración de su territorio.
Por extensión, la casa solariega es la más antigua y noble de una familia, que tradicionalmente pasa de padres a hijos permaneciendo siempre en posesión de un mismo linaje.
Para ilustrar nuestra voz de hoy nada mejor que citar a El marqués de Lumbría, excelsa novela de Miguel de Unamuno y Jugo (1864-1936) -escritor y filósofo español que cultivó gran variedad de géneros literarios en los que la rebelión de la mujer fue un tema clave recurrente-.
2. Dicho de un fundo: Que pertenece con pleno derecho a su dueño.
3. Antiguo y noble.
4. En la Edad Media, se decía del hombre o colono que vivía en tierra del rey, de la Iglesia o de un hidalgo, sometido al poder personal de su señor.
La hacienda solariega era una clase de señorío, propio de la Edad Media, otorgado por los monarcas a los nobles y clérigos como pago por sus servicios. El señor solariego cobraba por el tránsito por sus tierras asignadas, por el uso del molino, etc... ejerciendo como un funcionario al servicio del Rey para cobro de impuestos y administración de su territorio.
Por extensión, la casa solariega es la más antigua y noble de una familia, que tradicionalmente pasa de padres a hijos permaneciendo siempre en posesión de un mismo linaje.
Para ilustrar nuestra voz de hoy nada mejor que citar a El marqués de Lumbría, excelsa novela de Miguel de Unamuno y Jugo (1864-1936) -escritor y filósofo español que cultivó gran variedad de géneros literarios en los que la rebelión de la mujer fue un tema clave recurrente-.
Así comienza, El marqués de Lumbria, publicada en 1920:
La casona solariega de los marqueses de Lumbría, el palacio, es como se llamaba en la adusta ciudad de Lorenza, parecía un arca de silenciosos recuerdos del misterio. A pasear de hallarse habitada, casi siempre permanecía con las ventanas y los balcones que daban al mundo cerrados. Su fachada, en la que se destaca un gran escudo de armas del linaje de Lumbría, …
En fin... casonas solariegas, hoteles o palacios reales... ¡qué maravilla de variedad de bienes raíces!... y que todos los inmuebles tienen cabida cuando decidimos invertir en SOCIMIs o Sociedades Cotizadas de Inversión en Mercados Inmobiliarios.
¡Hasta la próxima inversión!
4 comentarios:
No sé cómo llegué hasta aquí pero quiero decirte que es muy interesante este blog.
Saludos,
STEKI.
Me ha gustado muito tu blog
un besito para ti
Me gusta mucho leerte. Hasta aprendo y recuerdo cosas!
Saludos
Hola:
La palabra 'Solareigo' me interesó al ver publicado este pensamiento:
Ningún hombre es en sí equiparable a una isla;
Todo hombre es un pedazo del continente, una parte de tierra firme;
Si el mar llevara lejos un terrón,
Europa perdería como si fuera un promontorio. Como si se llevara la casa solariega de tus amigos o la tuya propia.
La muerte de cualquier hombre me disminuye, porque soy una parte de la humanidad.
Por eso nunca preguntes por quien doblan las campanas, están doblando por ti ...
John Donne
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