...el arte dejó de ser un impulso originario nacido de la entraña popular, para convertirse en un artificio manufacturado que la propaganda convirtió en una suerte de religión de obligado cumplimiento: exposiciones de pintura fina encumbradas con una jerga ininteligible por los críticos de arte, libros fetén jaleados en los suplementos de los periódicos, representaciones teatrales y películas subvencionadas, sucedáneos de arte que la gente tenía que aceptar como arte verdadero, a riesgo de que se la acusase de filisteísmo.
Guerra en los fogones. Juan Manuel de prada.
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