1. adj. Dícese de los metales preciosos puros, sin mezcla.
2. fig. Puro y sin mancha ni defecto. Dícese de las cualidades, conducta, etcétera.
En una visión tradicional de la lengua, estarían por una parte las palabras —cuyo significado nos dan los diccionarios comunes—, y por otra la gramática, que nos enseña cómo combinarlas. Pero en medio de estos bien roturados territorios se extiende la tierra de nadie de las misteriosas atracciones entre palabras. El adjetivo bueno puede asociarse a infinidad de términos (desde paella hasta notario), pero acendrado se puede aplicar a muy contadas cosas: el sentido del ridículo o el catolicismo, a un militante o un hábito.
[Atracciones Misteriosas, José Antonio Millán]
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