2. Degeneración de la democracia, consistente en que los políticos, mediante concesiones y halagos a los sentimientos elementales de los ciudadanos, tratan de conseguir o mantener el poder.
Demagogia del griego, dmos, pueblo y ago, conducir.
Demagogia nos llega directamente de la antigua Grecia: el demagogo era un gran orador y tenía habilidades para conseguir sacar adelante sus propuestas.
Desafortunadamente en nuestros días el término ha perdido esa connotación positiva: la demagogia es vista como un engaño al pueblo por parte de sus gobernantes; quien hace demagogia usa técnicas de dudosa legitimidad para ganarse el favor del pueblo.
Alberto Illan Oviedo, (ingeniero agrónomo, ha desarrollado su prácica profesional en el mundo de la comunicación) en su artículo: Roquetas de Mar, minorías y demagogia, nos ilustra el tipo de discurso que emplean con frecuencia algunos de nuestros políticos.
Las minorías siempre han sido agentes útiles para hacer demagogia, con un poco de propaganda simple y efectiva, una pizca victimismo, real o ficticio, y con despertar en el ciudadano la emoción más primigenia, infinidad de políticos y hombres de estado se han metido en el bolsillo centenares de miles, sino millones de votos y apoyos. A partir de ahí, se han reclutado ejércitos de burócratas que han diseñado políticas sociales cuyo máximo logro ha sido vaciar de dinero el bolsillo del ciudadano y solucionar poco o nada.
2 comentarios:
Primera vez que veo un blog de palabras!! q interesante!... me daré otra vuelta con mayor detenimiento :)
Te sigo...saludos!
Un diccionario de lujo te digo. un abrazo
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