1. Congoja, pena, tormento o aflicción moral.
2. Persecución o adversidad que padece el hombre.
Cuando nos referimos a atribulación, pena, disgusto o aflicción, solemos pensar en alguien malherido de dolor y desgarramiento, alguien que soporta una carga inmensa de culpabilidad y vergüenza, alguien a quién no hay manera de aliviar el dolor de su alma, que no tiene lugar para el gozo ni la felicidad...
Ya véis, siempre arrancamos con energía y optimismo en La Llave del Mundo, -bueno, casi siempre-...
Desde un punto de vista más filosófico, la atribulación es, en definitiva la esencia de una vivencia humana buscando el sentido de ser...
Como ejemplo transcribimos un fragmento de Doña Luz novela, de Juan Valera (1824-1905), diplomático, político y escritor español.
Doña Luz, es el conflicto de razón-pasión; reflexión y análisis de lo que siente el alma.
...Pensamientos impíos nacen en mí. Veo patente la inmensidad, la omnipotencia del amor, único fin de la vida. A ti mismo, sólo con amor y por amor se llega; pero la duda me desespera y atribula. Dudo de que pueda mi ser finito satisfacer su amor enlazándose a un ser infinito, que ni cabe en su entendimiento ni su razón comprende. El amor aspira a Dios; pero ¿cómo alcanzarle? La fe me da alas para llegar hasta ti; pero tengo perdida la esperanza, y las alas se rompen. Dejé de tender el vuelo hacia ti. Quise confundir mi alma con la de ella, para que unidas fuésemos ambas almas en busca tuya. Y ella me ha dejado. Mi alma está sola, en la tenebrosa región del éter, en el vacío insondable y frío, sin astro que le dé luz ni calor, lejos de todos los soles, más lejos aún de donde tú moras. Dios mío, Dios mío, ¿qué será de mi alma?...
Desde un punto de vista más filosófico, la atribulación es, en definitiva la esencia de una vivencia humana buscando el sentido de ser...
Como ejemplo transcribimos un fragmento de Doña Luz novela, de Juan Valera (1824-1905), diplomático, político y escritor español.
Doña Luz, es el conflicto de razón-pasión; reflexión y análisis de lo que siente el alma.
...Pensamientos impíos nacen en mí. Veo patente la inmensidad, la omnipotencia del amor, único fin de la vida. A ti mismo, sólo con amor y por amor se llega; pero la duda me desespera y atribula. Dudo de que pueda mi ser finito satisfacer su amor enlazándose a un ser infinito, que ni cabe en su entendimiento ni su razón comprende. El amor aspira a Dios; pero ¿cómo alcanzarle? La fe me da alas para llegar hasta ti; pero tengo perdida la esperanza, y las alas se rompen. Dejé de tender el vuelo hacia ti. Quise confundir mi alma con la de ella, para que unidas fuésemos ambas almas en busca tuya. Y ella me ha dejado. Mi alma está sola, en la tenebrosa región del éter, en el vacío insondable y frío, sin astro que le dé luz ni calor, lejos de todos los soles, más lejos aún de donde tú moras. Dios mío, Dios mío, ¿qué será de mi alma?...
3 comentarios:
Me gusta mucho esta palabra......
¿Será que me atribulo en ocasiones?
Estoy atribulada por la emoción... Muchas gracias por vuestra explicación.
Saludos
Una palabra interesante, tristemente poética y real.
Besitos
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