Pocas palabras tan mágicas, tan trilladas, tan alzadas a la categoría de dogma como autoestima. La consigna de nuestra época. Es necesario cuidar la autoestima, mantenerla elevada, no tolerar que nada ni nadie nos la dañe. No hay libro dedicado a la mejora personal donde no aparezca como talismán y panacea. Todos aseguran que con una autoestima en buen estado se llega a todas partes. Que si la cultivamos debidamente alcanzaremos el éxito sin ningún género de dudas. Pero ¿sabemos realmente en qué consiste la autoestima? Y, lo que es más importante, ¿la situamos en sus justos términos?.
Sobrestimados e infravalorados. José María Romera
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