1. Airado, colérico, muy propenso a enfurecerse.
2. Que denota furor.
3. Extremadamente entusiasta o partidario.
Una vez que se me ocurrió decir que nos estábamos infantilizando, recibí un montón de e-mails furibundos replicando que qué tenía de malo ser infantil, que era mucho mejor para la humanidad mantener vivo el niño que hay en todos nosotros y bla, bla. A esto debo decir que me parece muy bien, pero siempre que implique ser de verdad como niños, es decir, saber que tanta chorrada es sólo un juego. Los niños distinguen perfectamente el juego de la realidad; ellos entran y salen de la fantasía todo el tiempo porque en eso consiste crecer y madurar.
Una tonta confusión. Carmen Posadas.
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