1. Compra o venta deliberada de cosas espirituales, como los sacramentos y sacramentales, o temporales inseparablemente anejas a las espirituales, como las prebendas y beneficios eclesiásticos.
2. Propósito de efectuar dicha compraventa.
De Simón el Mago.
Simón el Mago es un peculiar personaje de los Hechos de los Apóstoles que entre otras cosas quiso comprarle a Simón Pedro su poder para hacer milagros…
Basándose en esta particular etimología, según el derecho canónico, la simonía es la intención deliberada de vender o comprar por un precio temporal un bien espiritual o un bien temporal estrechamente unido a uno espiritual.
Así, son considerados bienes espirituales los sacramentos, la consagración, la bendición, la excomunión...
Como precio temporal, no se considera sólo el dinero, sino que también se tienen en cuenta cualquier otra clase de favores y privilegios, como protección o una recomendación…
En los siglos X y XI la simonía fue un hecho deshonroso y una verdadera lacra para la sociedad medieval… a partir del siglo XVI comienza a ser combatida activamente entre otros por los papas Gregorio VII, Paulo II... consecuentemente, el Concilio de Trento, que se extendió en periodos discontinuos desde 1545 hasta 1563 condenó de una forma unánime y contundente esta práctica.
Nuestro custodio Ylagares cita a Leopoldo García-Alas y Ureña "Clarín" (1852-1901), celebre escritor español, y La Regenta, obra cumbre del autor, donde aparece el término de hoy unas cuatro veces. Os dejamos con un fragmento:
...Era verdad. Tal maña se daba Glocester y don Custodio y otros señores del cabildo, algunos empleados de la curia eclesiástica, y entre el elemento lego Foja y don Álvaro; este por debajo de cuerda y conteniéndose en lo que se refería a la simonía y despotismo que se achacaba al Provisor. En el casino tampoco se hablaba de otra cosa...
Y así, en soberana sintonía con la sintética sinfonía… LLdM se despide en este artículo acerca de la simonía...
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2 comentarios:
Uy, otra para investigar. Mira que es rica nuestra lengua, y lo que la desconocemos, eh?
Para seros sinceros, a veces nos sorprendemos nosotros mismos con las palabras que nos mandáis o "descubrimos" nosotros mismos...
...Y es que la lengua, como la vida misma, está llena de sorpresas... si no, no sería tan interesante :)
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