Persona que es recibida solemnemente en una corporación para formar parte de ella.
Recipiendario es un sustantivo procedente del latín recipiendus, literalmente: "que debe ser recibido". En el Diccionario panhispánico de dudas encontramos la siguiente anotación a propósito de nuestra palabra del día:
"Procede del latín recipiendus (‘el que ha de ser recibido’), de ahí su sentido originario de ‘persona que es recibida solemnemente en una corporación, para formar parte de ella’: «Los dos académicos más recientes [...] salen a recoger al recipiendario» (Abc [Esp.] 16.6.96). Hoy es cada vez más frecuente su empleo como equivalente de receptor (‘que recibe’), sentido que, aunque opuesto al etimológico, se ha extendido en el habla culta y se considera aceptable: «Fue recipiendario, de manos del gran mariscal de Ayacucho, de los pendones ganados al ejército invasor» (Salvador Ecuador [Ec. 1994]). Son incorrectas las formas recipendario, recipendiario y recipiendiario."
Encontramos el siguiente ejemplo de uso en la obra Mito y realidad, del escritor Mircea Eliade:
"...Existe asimismo la ceremonia diksa, impuesta a aquel que se prepara para el sacrificio del soma, y que consiste, propiamente hablando, en el retorno al estado fetal. Por último, el regressus ad uterum está análogamente en el centro de la ceremonia hiranya-garbha, literalmente «embrión de oro». Se introduce al recipiendario en un vaso de oro en forma de vaca, y a la salida se le considera como recién nacido.
En todos estos casos, el regressus ad uterum se opera con el fin de hacer nacer al recipiendario a un nuevo modo de ser o de regenerarle. Desde el punto de vista de la estructura, el retorno a la matriz corresponde a la regresión del Universo al estado «caótico» o embrionario. Las tinieblas prenatales corresponden a la Noche anterior a la Creación y a las tinieblas de la choza iniciática..."
¡Hasta el próximo rito de iniciación entre piscis y sagitario! ;-)
2 comentarios:
Hermosa y sonora palabra, como hermoso es ser recibido con los honores adecuados.
Saludos.
Y nunca faltan envidiosos, aquí cuento algo al respecto y uso la palabrita en cuestión. Premio Cervantes 2013
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