1. Persona recién convertida a una religión.
2.Persona adherida recientemente a una causa, o recientemente incorporada a una agrupación o colectividad.
Del latín neophytus y este del griego neópyyhos.
A ver, ¿cuántos de nuestros lectores tienen carné de conducir?, que levanten un dedo virtual... vale, vale, ya veo que unos cuantos...
Pues bien, todos aquellos que tenemos el carné hemos sido en su día neófitos; y aquellos que estén aprendiendo a conducir ahora -mientras navegan idílicamente por el ciberespacio en vez de ir a la autoescuela- deben saber de primera mano las implicaciones de ser un neófito en la cuestión....
Efectivamente, los candidatos que aspiran a conseguir el carné deben examinarse en el complicado tráfico de las ciudades, interpretar señales confusas, elegir entre caminos mal señalizados, respetar semáforos cambiantes y sortear peatones intrusos además de soportar un volante se hace cada vez más y más enorme y pesado y unas piernas que misteriosamente no paran de temblar...
Suele ser un mal trago para mucha gente, pero cuando lo pasas... ¡bien!, ¡lo has conseguido! y ya puedes codearte con la crema y nata de energúmenos y papanatas que pueblan nuestras carreteras: desde ese día, ya formas parte de los elegidos.
2.Persona adherida recientemente a una causa, o recientemente incorporada a una agrupación o colectividad.
Del latín neophytus y este del griego neópyyhos.
A ver, ¿cuántos de nuestros lectores tienen carné de conducir?, que levanten un dedo virtual... vale, vale, ya veo que unos cuantos...
Pues bien, todos aquellos que tenemos el carné hemos sido en su día neófitos; y aquellos que estén aprendiendo a conducir ahora -mientras navegan idílicamente por el ciberespacio en vez de ir a la autoescuela- deben saber de primera mano las implicaciones de ser un neófito en la cuestión....
Efectivamente, los candidatos que aspiran a conseguir el carné deben examinarse en el complicado tráfico de las ciudades, interpretar señales confusas, elegir entre caminos mal señalizados, respetar semáforos cambiantes y sortear peatones intrusos además de soportar un volante se hace cada vez más y más enorme y pesado y unas piernas que misteriosamente no paran de temblar...
Suele ser un mal trago para mucha gente, pero cuando lo pasas... ¡bien!, ¡lo has conseguido! y ya puedes codearte con la crema y nata de energúmenos y papanatas que pueblan nuestras carreteras: desde ese día, ya formas parte de los elegidos.
Crysolidan
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