1. Conjunto de las hojas que han caído de los árboles.
2. Demasiada e inútil frondosidad de algunos árboles o plantas.
3. Cosa inútil y de poca sustancia, especialmente en las palabras y promesas.
La superficie del suelo del bosque está formada por desechos orgánicos inertes: trozos de hojas, ramas pequeñas, flores, frutos que han caído de los árboles… es el mundo de la hojarasca...
Esta capa de desechos en descomposición, por cierto, está llena de vida: en ella son comunes los caracoles y las babosas –que no los babosos-: la hojarasca les proporciona el alimento y la humedad que necesitan para vivir. Además la hojarasca es como una especie de Carrefour para ardillas y pájaros, y les proporciona todo tipo de alimento y mobiliario para sus nidos…
Como colofón a nuestra palabra de hoy, Gabriel García Márquez (1927) escritor colombiano, publicó en 1955 una novela corta cuyo titulo es precisamente: La hojarasca, de la cual trascribimos un fragmento.
...Allí vinieron, confundidos con la hojarasca humana, arrastrados por su impetuosa fuerza, los desperdicios de los almacenes, de los hospitales, de los salones de diversión, de las plantas eléctricas; desperdicios de mujeres solas y de hombres que amarraban la mula en un horcón del hotel, trayendo como un único equipaje, un baúl de madera o un atadillo de ropa, y a los pocos meses tenían casa propia, dos concubinas y el título militar que les quedaron debiendo por haber llegado tarde a la guerra...
Como veis, y haciendo alusión al tercer significado de nuestra palabra de hoy, las novelas de G.G. Márquez son un auténtico deleite literario; todos sus párrafos son una ambrosía terminológica con muy poca hojarasca…
¡Hasta la próxima palabra!
.
2. Demasiada e inútil frondosidad de algunos árboles o plantas.
3. Cosa inútil y de poca sustancia, especialmente en las palabras y promesas.
La superficie del suelo del bosque está formada por desechos orgánicos inertes: trozos de hojas, ramas pequeñas, flores, frutos que han caído de los árboles… es el mundo de la hojarasca...
Esta capa de desechos en descomposición, por cierto, está llena de vida: en ella son comunes los caracoles y las babosas –que no los babosos-: la hojarasca les proporciona el alimento y la humedad que necesitan para vivir. Además la hojarasca es como una especie de Carrefour para ardillas y pájaros, y les proporciona todo tipo de alimento y mobiliario para sus nidos…
Como colofón a nuestra palabra de hoy, Gabriel García Márquez (1927) escritor colombiano, publicó en 1955 una novela corta cuyo titulo es precisamente: La hojarasca, de la cual trascribimos un fragmento.
...Allí vinieron, confundidos con la hojarasca humana, arrastrados por su impetuosa fuerza, los desperdicios de los almacenes, de los hospitales, de los salones de diversión, de las plantas eléctricas; desperdicios de mujeres solas y de hombres que amarraban la mula en un horcón del hotel, trayendo como un único equipaje, un baúl de madera o un atadillo de ropa, y a los pocos meses tenían casa propia, dos concubinas y el título militar que les quedaron debiendo por haber llegado tarde a la guerra...
Como veis, y haciendo alusión al tercer significado de nuestra palabra de hoy, las novelas de G.G. Márquez son un auténtico deleite literario; todos sus párrafos son una ambrosía terminológica con muy poca hojarasca…
¡Hasta la próxima palabra!
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3 comentarios:
Preciosa palabra la de hoy.
Excelente
no me sirve (T_T)
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