Jifero. Oficial que mata y descuartiza las reses.
Amigos, la voz que hoy nos ocupa, del portugués magarefe, y este del árabe muqrif, "sucio", influenciado por "matar", es un sustantivo que designa el oficial encargado de matar las reses en el matadero...
...De fuerza y sonoridad peculiar, sin duda, esta palabra -que denomina una figura crucial en la industria de la alimentación cárnica- está impregnada de turbulentos matices carmesí que capturan indefectiblemente la atención del lector en cualquier texto en el que aparezca. Veamos un ejemplo extraído del artículo "Matanza del cerdo" en la Wikipedia:
La sesión comienza apenas salido el sol: entre las 9 y las 10 de la mañana. El matarife va provisto de un gancho con el cual engancha al cerdo por la mandíbula y lo lleva hasta el banco de madera. Junto con el matarife con su cuchillo se sitúan: quienes sujetan al animal con unas cuerdas; y varias mujeres y niños con cubos para recoger la sangre —que se empleará posteriormente en la elaboración de las morcillas— y dotados de cucharas para removerla para evitar que se cuaje...
Truculento o no... pero en muchos casos tan real como la vida misma... ¡Hasta la próxima carnicería! ;-)
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Amigos, la voz que hoy nos ocupa, del portugués magarefe, y este del árabe muqrif, "sucio", influenciado por "matar", es un sustantivo que designa el oficial encargado de matar las reses en el matadero...
...De fuerza y sonoridad peculiar, sin duda, esta palabra -que denomina una figura crucial en la industria de la alimentación cárnica- está impregnada de turbulentos matices carmesí que capturan indefectiblemente la atención del lector en cualquier texto en el que aparezca. Veamos un ejemplo extraído del artículo "Matanza del cerdo" en la Wikipedia:
La sesión comienza apenas salido el sol: entre las 9 y las 10 de la mañana. El matarife va provisto de un gancho con el cual engancha al cerdo por la mandíbula y lo lleva hasta el banco de madera. Junto con el matarife con su cuchillo se sitúan: quienes sujetan al animal con unas cuerdas; y varias mujeres y niños con cubos para recoger la sangre —que se empleará posteriormente en la elaboración de las morcillas— y dotados de cucharas para removerla para evitar que se cuaje...
Truculento o no... pero en muchos casos tan real como la vida misma... ¡Hasta la próxima carnicería! ;-)
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3 comentarios:
Mira por donde soy la primera en comentarte, llegué la primera a tu nueva entrada.
He visto algunas matanzas en pueblos del interior y son tal como las describes, la verdad, no me gustan nada, el animal sufre mucho y las morcilla, chorizos y demás engordan que no veas, un montón, se pierde La Línea y Gibraltar.
Muy bien descrita la matanza, de verdad.
Un abrazo
Que entrada más fuerte....y desgarradora forma de describirlo....mmm muy apropiada para compartirla en nuestras luchas sobre bienestar animal....gracias...
Te dejo mis saludos y el agradecimiento por la compañía en el 2011...
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