2. Tener a menos el hacer o decir algo, juzgándolo por indecoroso.
Del latín dedignāre.
AVISO IMPORTANTE: Este artículo de LLdM va a comenzar con otro mensaje catastrofista y lapidario que puede herir la sensibilidad de algunos de nuestros lectores. Por favor, absténgase de leerlo si así lo desea.
En la sociedad actual tenemos tendencia a desdeñar, menospreciar, rechazar o desestimar las opiniones o conducta de los demás e incluso la nuestra propia, dejándonos llevar por vacuas modas o intereses superficiales de cariz estrictamente egoísta....
Esta deleznablemente hermosa palabra la vamos a ilustrar con un elenco de escritores:
Juan Luis Vives humanista, filósofo y pedagogo español (1492-1540) dijo:
Tan perjudicial es desdeñar las reglas como ceñirse a ellas con exceso.
Pio baroja escritor español de la generación del 98, escribe: Quisiera desear y obtenerlo todo, para después desdeñarlo todo,
Y Para terminar, Juan Ramón Jimenez ganador del premio Nobel de Literatura en 1956, que escribe en su Aristocracia inmanente
Desdeñar, pues, a un ser humano, artista, científico, poeta, por aristocrático, por amante y amigo de lo bello, religioso o no, como ocurre en España, en Europa y en Hispanoamérica (y no sé si en estos Estados Unidos, ni en qué proporción) es una extraña, inconcebible paradoja, sobre todo cuando el desdeñoso es un llamado demócrata; y el hecho se repite bastante. Es desdeñar ¡qué paradoja! lo mejor y el ansia de lo mejor. Y en nombre ¿de qué? ¿Qué es superior entonces al amor y a la exaltación de las cosas bellas, el amor y la exaltación de todo lo digno de ser amado y exaltado?
3 comentarios:
Muy bueno.
Hay muchas cosas desdeñables y creo que me olvido de esta palabra para calificar situaciones y acciones que con otros adjetivos no quedan tan bien descritas.
"Su rostro se cubriria de desdeñosa indiferencia" (José Saramago, "Todos los nombres", Alfaguara, Madrid, 2001, p. 242). Desdeñosa: que manifiesta desdén.
"En un común desdén por la muerte" (Pío Baroja, "El árbol de la ciencia", Alianza Editorial, Madrid, 2008, p. 26)
La Biblia... Dios atenderá las oraciones del desamparado, y no desdeñará su ruegos.
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