Olla que los hebreos colocan el anochecer del viernes en un anafe, cubriéndola con rescoldo y brasas, para comerla el sábado.
Adafina -también recogida en el DRAE como adefina- es un sustantivo que proviene del árabe hispánico addafína, y este del árabe clásico dafīnah 'enterrada', pues lo es en el rescoldo. Nuestro custodio Alfonso Cañizares Alex nos cuenta más cosas acerca del mismo:
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Es palabra española muy antigua. Ya el Diccionario de Autoridades de 1726 la señala como “cierto género de guisado de que usaban los judíos en España. Latín Condimentum carnium more judaico. Cura de los Palacios. Historia de los Reyes Católicos, Folio 83. Nunca perdieron en el comer la costumbre judaica de manjarejos y olletas de adefina”.
El Cancionero General la cita motejando de judío a Juan Poeta:
“El Ara es consagrada,
y de piedra dura y fina,
de vuestra mano tocada,
en un punto fue tornada
ataifor con adafina”
Ataifor la recoge Sebastián de Covarrubias en su Tesoro de la Lengua Castellana como “plato hondo para servir las viandas guisadas”
En la actualidad es citada por Luis María Cazorla en su obra “El General Silvestre y la sombra del Raisuni” en su primera edición de enero de 2013 Editorial Almuzara, en su página 77:
“Dio la casualidad que aquel día había cocinado la adafina, guiso parecido a la olla podrida española, que gustaba mucho a Silvestre recordando lo que doña Elenteria, su madre, le guisaba de niño y aún lo hacía en sus visitas a Madrid”
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¡Gracias Alfonso!... ¡Hasta la próxima palabra de letra fina! ;-)
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1 comentario:
Como siempre, muy interesante pasar por aquí.
Saludos.
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