Composición poética del género lírico, en celebración de una boda.
(Artículo escrito por Altafulla)
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Esta es una palabra muy poco utilizada a la que yo tengo un especial cariño. El epitalamio es una poesía lírica de origen griego, palabra compuesta de epi (sobre) y thalamos (lecho nupcial), imitada después por los romanos.
Consistente en un canto de boda, se cantaba regularmente a la puerta de la habitación de los novios por coros de jóvenes y doncellas acompañados de flautas y siringas o de otros instrumentos suaves y armoniosos.
Los epitalamios no están tan en uso entre nosotros como entre los pueblos antiguos, en especial los orientales. Actualmente es usado para resaltar la solemnidad en algunos actos como bodas o entierros.
Como género lírico ha sido utilizado en castellano por grandes maestros desde Francisco de Trillo y Figueroa (Epitalamio a las felicísimas bodas de los señores don Francisco Ruiz de Vergara y Álava y doña Guiomar Venegas de Córdova y Aguayo ), pasando por Pablo Neruda, Rubén Darío (Epitalamio bárbaro), Javier Solaguren, José Antonio Muñoz Rojas, Gerardo Diego (El epitalamio de los faroles), Manuel Acuña, Julio Herrera y Reissig (Epitalamio ancestral) y otros más.
Algunos autores han empleado este término en los títulos de novelas o ensayos, tales como Ramón J. Sender (Epitalamio del prieto Trinidad) y Ramón María del Valle Inclán (Epitalamio). También en composiciones musicales como Oscar Esplá (Epitalamio de las soledades para canto y piano) y Conrado del Campo (Epitalamio para mi hija).
Entre los poemas de este estilo más conocidos se encuentra el “Epitalamio para las bodas de Francisco Romero” del insigne Antonio Machado:
“Porque leídas fueron
las palabras de Pablo
y en este claro día
hay ciruelos en flor y almendros rosados
y torres con cigüeñas,
y es aprendiz de ruiseñor todo pájaro,
y porque son las bodas de Francisco Romero
cantad conmigo: ¡Gaudeamus!.
Ya el ceño de la turbia soltería
se borrará en dos frentes ¡fortunati ambo!
De hoy más sabréis, esposos,
cuanto la sed apaga el limpio jarro
y cuanto lienzo cabe
dentro de un cofre, y cuantos
son minutos de paz, si el ahora vierte
su eternidad menuda grano a grano.
Fundación del querer vuestros amores
-nunca olvidéis la hipérbole del vándalo-
y un mundo cada día, pan moreno
sobre manteles blancos.
De hoy más la tierra sea
vega florida a vuestro doble paso”.
las palabras de Pablo
y en este claro día
hay ciruelos en flor y almendros rosados
y torres con cigüeñas,
y es aprendiz de ruiseñor todo pájaro,
y porque son las bodas de Francisco Romero
cantad conmigo: ¡Gaudeamus!.
Ya el ceño de la turbia soltería
se borrará en dos frentes ¡fortunati ambo!
De hoy más sabréis, esposos,
cuanto la sed apaga el limpio jarro
y cuanto lienzo cabe
dentro de un cofre, y cuantos
son minutos de paz, si el ahora vierte
su eternidad menuda grano a grano.
Fundación del querer vuestros amores
-nunca olvidéis la hipérbole del vándalo-
y un mundo cada día, pan moreno
sobre manteles blancos.
De hoy más la tierra sea
vega florida a vuestro doble paso”.
La imagen corresponde al cuadro “Epitalamio” del gran pintor canario Néstor Martín Fernández de la Torre.
Un cordial saludo. Altafulla
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