Derecho del ciudadano detenido o preso a comparecer inmediata y públicamente ante un juez o tribunal para que, oyéndolo, resuelva si su arresto fue o no legal, y si debe alzarse o mantenerse.
La locución que hoy compartimos con vosotros procede de su homónimo latino, "habeas corpus [ad subiiciendum]", que significa de forma literal: "que tengas tu cuerpo [para exponer]", siendo las primeras palabras del auto de comparecencia (notificación a una persona del comienzo de una acción judicial contra ella)...
Nuestra custodio Toyita, además de proponernos la expresión del día, nos cuenta su experiencia con la misma:
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Queridos amigos.
Antiguamente ciertas profesiones estaban definidas para un solo segmento. O los muy pudientes, o los bien relacionados, o los varones. Es el caso del Derecho, carrera que hoy estudian tanto mujeres como hombres.
Mi amiga Josefa está en su primer año y muy orgullosa ella viene a casa y nos da cátedra de leyes y términos ininteligibles -cosa que la divierte mucho-, indudable que le apasiona el tema
Entre todas aquellas impresionantes palabras, me pareció que "hábeas corpus" era una de las más raras. De inmediato me fui a la todopoderosa RAE y ¿qué encuentro?, allí está con su exacta definición.
Como soy curiosa, encontré la página que les adjunto... http://www.biblio.dpp.cl/biblio/DataBank/4047-2.pdf... nunca está demás saber un poco de las leyes del país "porsiaca" digo, una nunca sabe qué arbitrariedades se nos podría inferir (noten que ya me ha pegado cierto lenguaje, ¡vaya!, qué influenciables somos).
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¡Gracias Toyita!, hoy como ejemplo os presentamos un fragmento de La marcha de 150.000.000, de Enrique Falcón (n. en 1968, poeta español):
A la salida del silencio
sepultando el golpe en un lugar prohibido,
siendo rabia, agosto, santidad de bueyes,
Rosales López que no ve los agujeros
es subido al camión de las cigüeñas
prende las ortigas
sus caderas alarido a las canciones
de-
bidamente identificados im-
pecablemente armados y sin
duda alguna honestos,
con la misma exacta ebriedad de zarza de otras veces,
ante las insistentes peticiones de hábeas corpus rosales lópez
noventa y tres horas en los caudales del aullido
y la estrofa temblando como un ciervo antiguo
(hasta que ya no seas
páramo y hoguera en el declinar del frío) no-
venta y tres horas de que no se preocuparan
que en algún lugar estaría triste y mudo,
que sólo unas preguntas
que sólo las pocas, las/ necesarias.
*** Pero no vivo.
¡Hasta la próxima comparecencia! ;-)
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1 comentario:
el poeta, genial, gracias, como siempre, gran trabajo.
:-)
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