Mesa para heñir.
Hintero, tiene su origen en el latín vulgar finctorĭum, derivado de finctum, y denomina una mesa para heñir (sobar con los puños la masa).
Nuestro custodio Ylagares ubica la voz del día en un contexto exótico, Medio Oriente, con el cuento Escándalo en Babilonia, del periodista y escritor español José Hermida, del cual transcribimos un pequeño fragmento alusivo:
“…Una vez se hubo ido el intendente, Nasur, quien se tenía por ducho en el arte de las cuentas, se puso a hacer números. Extendió la palma de la mano derecha, que los babilonios utilizan a modo de ábaco, y valiéndose del pulgar a modo de puntero, empezó a contarse las falanges de los dedos (que son doce en total, y por eso los babilonios no cuentan en decenas, veintenas o cuarentenas, como los demás hombres, sino por docenas y gruesas). Si le pagaban un cuarto de dárico por cada gruesa de panes, es decir, ciento cuarenta y cuatro, significaba que en cuatro días ganaría... ¡10 dáricos! Mas, acto seguido, se dio cuenta de que no podría satisfacer el encargo, porque para hacer 1.440 panes diarios, no sólo deberían trabajar día y noche él y toda su familia, sino que además se necesitaría un segundo horno.
-No está todo perdido -dijo para sí- pues faltan doce días. ¿Acaso en once no podría construir un nuevo horno, dos nuevas artesas y un gran hintero para amasar el pan? Habiendo tomado la decisión, fue a visitar a un vecino que era maestro albañil, quien por ser pobre y muy necesitado de trabajo, podría someterse –pensaba Nasur-- a ominosas condiciones contractuales: …”
¡Hasta la próxima hogaza! :)
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1 comentario:
Genial el relato.
Un saludo, espero que esteis bien.
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