1. Dicho principalmente de una costumbre o de un estilo literario o artístico: Inconsistente, sin vigor, decadente.
2. Que tiene la propiedad de atraer la humedad del aire y disolverse lentamente. En química.
Del latín deliquescens, -entis, participio activo de deliquescĕre: hacerse líquido
Delicuescente es una palabra bella, pero injustamente poco usada… tiene dos significados bien diferenciados: uno en el mundo de las artes y otro en el reino de la química…
Como ejemplo de su primera acepción, como sinónimo de vago, sin vigor y decadente, tomamos como ejemplo un artículo de Juan Manuel de Prada (1970) -escritor, articulista e intelectual español- acerca de León Bloy, haciendo referencia al escritor francés, famoso por su violencia verbal e intransigencia.
Converso a la fe católica a la edad de 23 años, León Bloy fue un iracundo fiscal del catolicismo delicuescente y camastrón de su época, de las tartuferías del clero y de las devociones farisaicas de sus compatriotas. Amaba a Cristo como lo haría un monje medieval... al que hubiesen expulsado del convento, con esa exasperación del derrotado que sigue amando en la derrota ...
Con respecto a su segunda acepción: "atraer la humedad y disolverse lentamente"… tenemos un ejemplo metafórico, bello y curioso de esta palabra…
Rayuela, novela del escritor e intelectual argentino Julio Cortázar, cuenta la vida de un argentino en Francia enamorado de una uruguaya a la que no logra mantener a su lado. Regresa Argentina y se reencuentra con un antiguo amigo sin poder olvidar ese amor francés que lo lleva casi a la sinrazón… transcribimos un fragmento del capítulo octavo…
...Entrábamos en las tiendas donde las variedades más delicadas tenían peceras especiales con termómetro y gusanitos rojos. Descubríamos entre exclamaciones que enfurecían a las vendedoras -tan seguras de que no les compraríamos nada a 550 fr .pièce- los comportamientos, los amores, las formas. Era el tiempo delicuescente, algo como chocolate muy fino o pasta de naranja martiniquesa, en que nos emborrachábamos de metáforas y analogías, buscando siempre entrar...
¡Qué palabra tan estupenda!; otro día os comentaremos las bondades del término “higroscópico”, que tiene un curioso parentesco con nuestro adjetivo de hoy… y es que la química es en verdad una ciencia apasionante…
¡Hasta el próximo átomo!
2. Que tiene la propiedad de atraer la humedad del aire y disolverse lentamente. En química.
Del latín deliquescens, -entis, participio activo de deliquescĕre: hacerse líquido
Delicuescente es una palabra bella, pero injustamente poco usada… tiene dos significados bien diferenciados: uno en el mundo de las artes y otro en el reino de la química…
Como ejemplo de su primera acepción, como sinónimo de vago, sin vigor y decadente, tomamos como ejemplo un artículo de Juan Manuel de Prada (1970) -escritor, articulista e intelectual español- acerca de León Bloy, haciendo referencia al escritor francés, famoso por su violencia verbal e intransigencia.
Converso a la fe católica a la edad de 23 años, León Bloy fue un iracundo fiscal del catolicismo delicuescente y camastrón de su época, de las tartuferías del clero y de las devociones farisaicas de sus compatriotas. Amaba a Cristo como lo haría un monje medieval... al que hubiesen expulsado del convento, con esa exasperación del derrotado que sigue amando en la derrota ...
Con respecto a su segunda acepción: "atraer la humedad y disolverse lentamente"… tenemos un ejemplo metafórico, bello y curioso de esta palabra…
Rayuela, novela del escritor e intelectual argentino Julio Cortázar, cuenta la vida de un argentino en Francia enamorado de una uruguaya a la que no logra mantener a su lado. Regresa Argentina y se reencuentra con un antiguo amigo sin poder olvidar ese amor francés que lo lleva casi a la sinrazón… transcribimos un fragmento del capítulo octavo…
...Entrábamos en las tiendas donde las variedades más delicadas tenían peceras especiales con termómetro y gusanitos rojos. Descubríamos entre exclamaciones que enfurecían a las vendedoras -tan seguras de que no les compraríamos nada a 550 fr .pièce- los comportamientos, los amores, las formas. Era el tiempo delicuescente, algo como chocolate muy fino o pasta de naranja martiniquesa, en que nos emborrachábamos de metáforas y analogías, buscando siempre entrar...
¡Qué palabra tan estupenda!; otro día os comentaremos las bondades del término “higroscópico”, que tiene un curioso parentesco con nuestro adjetivo de hoy… y es que la química es en verdad una ciencia apasionante…
¡Hasta el próximo átomo!
.
3 comentarios:
Uysssss, no la conocía, conste.
Hale, salgo de este blog enriquecida.
Tartuferís, qué buen vocablo.
DELICUESCENCIA en Vargas Llosa, Mario; “La Civilización del Espectáculo”. México : Santillana, Ediciones Generales, 2012.
“La cultura no depende de la política […] bajo una vigilancia del Estado […] es la progresiva conversión de la cultura en propaganda, es decir, en su delicuescencia por falta de originalidad, espontaneidad, espíritu crítico y voluntad de renovación y experimentación formal.” Página 129.
Publicar un comentario