Del latín galĕa.
¡Ah, la gloriosa gálea!, ¿cuántas vidas de aguerridos soldados romanos habrá salvado?... desde luego este casco era toda una bendición para aquellos hombres, acostumbrados a las largas marchas, los constantes combates y la omnipresente amenaza de morir a manos del enemigo…
…Y es que el ejército romano estaba bien pagado y equipado comparado con sus equivalentes de otras civilizaciones… mención especial merecen los legionarios, que disponían del mejor equipamiento y la más sofisticada tecnología armamentística de la época: una espada corta o gladius, una jabalina, un escudo de batalla, la loriga o armadura y nuestra gálea de hoy…
Las gáleas solían ser de hierro, acolchadas y con una correa para atar para evitar que se cayera en combate. Se decoraban en bronce con diversos motivos… algunos incluso imitando el cabello. También había gáleas muy elaboradas, dejando al descubierto sólo la nariz y la boca...
Y para terminar con esta pequeña clase de historia, os dejamos con algunos fragmentos de: Representaciones de gladiadores en el Museo Arqueológico Nacional por José María Blazquez (1926), historiador español.
...El Museo Arqueológico Nacional de Madrid posee una buena colección de representaciones de gladiadores en terracotas...